martes, 1 de enero de 2013

¿Cómo llegó el aguacate a llamarse aguacate?

Primero y ante todo, voy a felicitar a todos los que me leen y decir: ¡¡¡FELIZ 2013!!! 

Ya que esta es mi primera entrada del año, he decidido empezarla con un cuento, mi primer cuento de preguntas que me hago, con el título de ¿Cómo llegó el aguacate a llamarse aguacate? Todo surgió con una pregunta que le hice a mi madre, tenía curiosidad por saber por qué el aguacate se llamaba así, ¿acaso era un juego de palabras? Agua cate, ¿acaso esta fruta procedía de un agua llamada así? Al no obtener respuesta, decidí inventarme la mía propia, y aquí la tienen, espero que les guste:


Érase una vez una isla llamada Cate, la isla se encontraba perdida en el centro del océano y tenía una forma muy curiosa, similar a la de un aro. Me refiero a que era redonda y con el centro hueco.
El agua que se encontraba en la parte central de la isla como una especie de charco se llamaba Aguacate, debido a que era el agua de la isla Cate. En Aguacate vivían unos peces que no existían en ninguna parte del mundo. Estos peces ponían unos huevos muy extraños, eran grandes y de una forma extraña. Los habitantes de la isla se comían este huevo y les parecía riquísimo, y, poco a poco, empezaron a considerarlo parte de su pirámide alimenticia. Pero, como hemos dicho antes, la isla estaba perdida en medio del océano, por lo que sus habitantes no conocían el huevo, y decidieron llamar a este común alimento Aguacate.

Pero pasaron los años, y los catenienses (de la isla Cate) descubrieron lo que había más allá del océano, y las personas de otros lugares descubrieron todo lo que escondía la isla Cate, tanto a sus habitantes como a sus alimentos, entre ellos el aguacate. Los extranjeros también coincidieron con los catenienses, aquel alimento era buenísimo, ¡todo el mundo debía conocerlo! Curiosamente, ninguno de ellos se molestó en descifrar de dónde procedía el alimento, y lo tomaron por una fruta normal y corriente, cosa que los catenienses agradecieron muchísimo, pues guardan su secreto celosamente.
También se dice que la pipa del aguacate en realidad es un pececillo que nunca logró nacer y que si el aguacate que nos vamos a comer esta recién sacado del agua podemos buscar algún charquito limpio en la playa, colocarlo muy bien y vigilarlo todos los días, podrías tener un pez especial, ¿lo crees?
Esta vez el final de mi cuento ha terminado de una forma diferente, con una pregunta, pero no con una pregunta que se pueda resolver con otro cuento, sino simplemente una pregunta para plantearte tú mismo. Yo personalmente respondo que sí, o por lo menos lo hace mi imaginación.
También hay otra cosa diferente en este cuento, no parece un cuento, sino más bien una leyenda, como un texto que aparece en uno de los libros de Conocimiento del Medio, o por lo menos yo lo veo así.

De todas formas, no deja de ser un cuento, y, aunque algo distinto, a mí me gusta mucho, y quizá sea uno de mis preferidos. He disfrutado mucho escribiéndolo, espero que ustedes lo hagan leyéndolo.

3 comentarios:

  1. Espero que en 2013 nos sigas deleitando con tus maravillos cuentos y comentarios.Este último muy original.

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    1. Lo haré, y con muchas ganas e ilusión, para, poco a poco, ir mejorando con mis relatos.

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  2. Este se me había escapado y es buenísimo. Vaya imaginación más activa que tienes...H

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