jueves, 24 de abril de 2014

Insurgente, de Veronica Roth

¡¡Hola a todos!! Tras mucho, mucho, pero que muchísimo tiempo sin pasarme por aquí (se llama falta de tiempo) traigo una nueva reseña. Y como suele suceder, es la reseña de un libro que me encantó, que me cautivó, que me enamoró, y que daría lo que fuera para olvidarlo todo y volverlo a leer por primera vez. Y sí, ya se vuelve un poco repetitivo, todos los libros que traigo últimamente son así, pero, ¿qué culpa tengo yo si tengo tan buen gusto con los libros? Y después de todo este rollo, se preguntarán: ¿Y cuál es ese libro tan maravilloso? Es Insurgente, de Veronica Roth, la segunda parte de Divergente.

Como recordarán, en Divergente se nos hablaba de una sociedad dividida en facciones (Abnegación, Cordialidad, Erudición, Osadía y Verdad) y que cada persona debía elegir facción según sus cualidades. Y... Y... ¿Ahora cómo hago para no soltar ningún spoiler de Divergente? Bueno, digamos que se está produciendo un cambio y las cosas no pueden continuar así. La sociedad se está desmoronando poco a poco y cada uno debe elegir bando. La relación de Tris y Cuatro tampoco pasa por su mejor momento, y el asesinato cometido por Tris empezará a pasar factura, con pesadillas por la noche y ataques de pánico en los peores momentos. Tris debe tomar elecciones que pueden llevarla a perder a los que más quiere, decidir en quién confiar y escoger bando en una guerra que cada vez se acerca más rápido.


Al contrario que en Divergente, Insurgente nos permite conocer un poco más la sociedad en la que viven Tris y Cuatro, y descubrir la forma de vida de las otras facciones que antes conocíamos de pasada. También nos adentramos en el mundo de los abandonados, el de aquellas personas que se quedaron sin facción. También hay muchísima más acción en este libro que en el primero, en el que se centraba toda en el final.

Otra cosa que destaco mucho son las reflexiones de Tris, ha sufrido mucho en muy poco tiempo y ha tomado decisiones que no han sido siempre acertadas. A lo largo de Insurgente conocemos a un personaje muchísimo más profundo y real que en el primer libro, y más desarrollado también. Otros personajes que me han enamorado son Cuatro (sigue sin tocarme el corazón, pero, como personaje, es genial), Christina (¿cómo puede ser capaz de perdonar una persona algo tan terrible?) o Uriah. Sin embargo, en Insurgente aparecen también montón de personajes nuevos, como Evelyn (¡¡qué mal me cae!!) o Cara (que tampoco se puede decir que sea un amor de persona, pero ,aún así, me cae bastante bien).


La relación de Tris y Cuatro no está en su mejor momento, dije antes, y eso es algo de lo que también quiero hablar. Por primera vez en mil millones de novelas con romance, la pareja protagonista tiene problemas (y no estoy diciendo que sean una de esas discusiones acaloradas que acaban a gritos y con llantos en la cama durante meses), no, hablo de una discusión tonta, un desacuerdo entre ambos... Generalmente, en las novelas de amor nos encontramos algo así (exageración): "Cariño, ¿podrías tirarte de cabeza desde un sexto piso por mí?" "Claro que sí, mi amor, ¿cuándo quieres que me tire?" Repito, esto es una exageración, pero, el hecho de que haya algún que otro desacuerdo da puntos al libro, ya que le da mucho más realismo.

Y por último, queridísima Veronica Roth, se supone que debería apreciarnos por leer sus libros, no odiarnos a muerte. Aún no me cabe en la cabeza cómo ha podido dejarnos con ese final y quedarse tan pancha, en serio, aún sigo viendo si le faltan un par de páginas a mi libro. Madre mía, ¡qué final!¡Pero qué final! Sin lugar a dudas, Veronica sabe jugar con nuestras emociones...

Lo mejor: Que haya logrado superar a Divergente, cosa que parecía imposible.
Lo peor: A lo mejor al principio fue un poquitín lento...
Te gustará si... Quieres leer un libro que, por todos los halagos que le des, jamás lo describirás perfectamente.

Puntuación: 5/5

domingo, 6 de abril de 2014

Paulina, de Ana María Matute

Recuerdo con mucho cariño una tarde cualquiera hace ya unos cuantos años, el la que yo, como un día cualquiera, estaba en casa de mi abuela mientras ellos veían las noticias. No les prestaba mucha atención hasta que me dijeron que lo hiciera, Ana María Matute, una escritora maravillosa, acaba de recibir el Premio Cervantes (yo aún no sabía qué era eso). Me explicaron que aquel era un premio muy importante para escritores que escribiesen en español. Aquel día tuve por primera vez un modelo a seguir, siempre había querido ser escritora, pero por primera vez quise ser cómo alguien en particular, como una persona existente. Quería conseguir el Premio Cervantes (ahora me bastaría con lograr acabar algo, pero bueno). Mi madre tuvo el detalle de imprimirme el discurso de Ana María y lo leí, descubrí que su afán por escribir siendo solo una niña era muy parecido al mío y ahí quedó todo. El discurso acabó siendo un tocho de hojas en sucio y me olvidé completamente de la existencia de Ana María Matute. He tenido muchos modelos a seguir desde entonces. No volví a acordarme hasta el día de mi cumpleaños de este año, cuando recibí como regalo (muy buen regalo, por cierto) Paulina, de Ana María Matute, libro que hoy les vengo a reseñar.

En primer lugar, en Paulina se nos cuenta la historia de una niña llamada Paulina (no, ¿en serio?) que, tras una enfermedad tiene que ir a vivir con sus abuelos a las montañas, para recuperar su buena salud. Allí conocerá a un montón de personas encantadoras, correrá algunas aventuras y se hará amiga de Nin, una niño ciego.


Es cierto que el argumento de original tiene poco, y que recuerda un poco a Heidi, por lo menos a mí. Pero, a pesar de eso, la autora sabe capturarnos con los pequeños detalles. Unos problemas algo inesperados no son los que te mantienen con ganas de leer, sino los personajes tan geniales protagonistas de esos problemas. Paulina comienza siendo una niña enferma que hace todo lo que le dicen y se porta bien, pero que a la vez se plantea cosas, cosas que, con el tiempo, al ir creciendo poco a poco, se atreve a plantear a sus abuelos o amigos. Nin es un niño que, de la misma edad de Paulina, ya es maduro. Al ser ciego, cree que solo es un incordio para sus padres, y hace todo lo posible por dejar de serlo. Después tenemos a los personajes secundarios, que también son fantásticos. Me han encantado el abuelo de Paulina, que, a diferencia de Susana, ya la trata como a una niña mayor, y Marta, con sus canciones y sonrisas cariñosas.


Creo que poco me queda por decir. En definitiva, Paulina no es uno de los mejores libros que me he leído, pero es un libro agradable para leer en un momento por poco rato, para escaparte durante un segundo de exámenes y trabajos pero sin llegar a perder el sueño por él. Paulina no tiene un argumento que capture al máximo su atención, pero es un libro bonito, si sabes leer los mensajes que hay entre líneas.

Lo mejor: Los personajes y los pequeños aunque importantes mensajes que te transmite la historia.
Lo peor: No tiene fallos, simplemente, no tiene tantas cosas buenas como otros libros.
Te gustará si... Necesitas algo para leer sin que te distraiga demasiado, una lectura rápida.

Puntuación: 3.5/5