Hoy me paso por aquí para hablar de un libro maravilloso: Cinder, de
Marissa Meyer. Es un libro de esos al que le coges cariño en seguida, y
que se convierte en un amigo para toda la vida nada más leer el primer
capítulo. Marissa Meyer nos sumerge con esta novela en un mundo lleno de
todo lo que se necesita en un buen libro, amor, intriga, misterio,
malos malísimos a los que odias al instante, buenos personajes...
La historia está protagonizada por Cinder, una ciborg (humano con implantes biónicos) que vive con su madrastra, Adri, su amigo androide Iko y sus dos hermanastras, Pearl y Peony, trabajando como mecánica para ganarse la vida. Pero cuando Peony contrae la peste, enfermedad mortal para la que la Tierra busca antídoto desde hace años, Cinder se presenta voluntaria para las pruebas del virus, y, para asombro de todos, sale con vida, cosa que nunca antes nadie había conseguido.
Vayamos por partes. En primer lugar, ¿qué esperaba de este libro? Pues, ciertamente, no mucho, esperaba que me gustase y que disfrutase con él, pero no que me enamorase y no pudiese esperar a leer la segunda parte, que fue exactamente lo que pasó. Y no sabría encontrar los puntos positivos y negativos de esta novela porque me resulta bastante difícil ser objetiva, simplemente, me encantó. ¿Les basta con eso? Es cierto que en algunas partes se me hizo un poco predecible, pero nada más. Tiene un ritmo muy ágil y te engancha desde el primer momento (sé que es lo que digo de la mayoría de los libros, pero, ¿qué culpa tengo yo de leer novelas tan buenas?).
La novela no se centra en la acción, y cuando esta ocurre, se te vuelve todo algo confuso, pero, aún así, te intriga muchísimo y no puedes pensar en otra cosa. Es un libro bastante original, ya que, al estar sucediendo en el futuro, después la Cuarta Guerra Mundial, los datos que nos ofrece sobre la vida en esos momentos son muy interesantes, y nos resultan vagamente familiares. Por otra parte, el hecho de que esté basado en el cuento de Cenicienta y que consiga un libro tan especial es todo un logro.
Y hablando de personajes, me gustaron casi todos (obviando, quizás, aquellos a los que no puedes evitar odiar). Tenían la gran mayoría un carácter marcado y definido, y sabías que, cuando hacían las cosas, las hacían porque eran así, no porque a la escritora le diera por ahí. Mi favorito, sin lugar a dudas, es Cinder, tan luchadora, tan decidida y rebelde, justo el tipo de chica que a mí me enamora. También me he encariñado mucho con Iko, tan, tan... No sé, lo que tengo claro es que es un personaje entrañable. En cuanto a la reina Levana, se que debería tener ganas de tirarle de los pelos y todo eso (no en vano es la mala de la historia), pero, simplemente, me es indiferente, es Adri, la madrastra de Cinder, la que se ha ganado mi odio de por vida. Y por último, el príncipe Kai, no sabría qué decir, no lo he llegado a conocer lo suficiente.
Por último, antes de dar por finalizada la reseña, he de decir que una de las principales razones por las que tenía bastantes ganas de leer esta colección era porque estaba basada en cuentos que conozco muy bien, la Cenicienta, Caperucita Roja, Rapunzel y Blancanieves. ¿Y quién no lee unos libros así?
En fin, esto es todo, ahora solo me queda esperar a poder tener el segundo en mis manos.
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